“Hay que enseñar a los niños a pensar”
Manuel Bartolomé Cossío,
Presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas
Con este lema tan vigente todavía hoy y el deseo de instruir a una población rural mayoritariamente analfabeta, miles de maestros de la República se alistaron al Patronato de las Misiones Pedagógicas desde el momento de su creación en 1931. Esta legión de voluntarios instruidos y desinteresados resolvió viajar por los pueblos más lejanos y aislados del país. Además de esta misión eminentemente pedagógica, o como complemento a la misma, las Misiones supusieron un intento de dotar al pueblo de la alta cultura que se le negaba (bibliotecas escolares, museos de pintura circulantes…), introducirle en el nuevo lenguaje artístico y recreativo del siglo XX (sesiones de cine y proyecciones fijas), así como devolverle al mismo su tradición eminentemente popular (en forma de representación de farsas, títeres, música…)